Todos nos hacemos
mayores. Tarde o temprano, nuestra cara se llenará de
arrugas, nos costará esfuerzo levantarnos y dejaremos de valernos por nosotros
mismos. Sin embargo, tendemos a olvidar que el tiempo pasa para todos, y abandonamos
a esos “ancianos” en residencias y hospitales sin darnos cuenta de que quizás
un día a nosotros también nos “abandonen”. Y entecomillo “abandonen” porque
bien es cierto que no siempre es posible, ni conveniente, mantener a los
mayores a nuestro lado; pero también es verdad que en muchas ocasiones delegar
su cuidado en otra persona les lleva a sentirse solos. Esa sensación de
abandono, junto al drama del Alzheimer, son los pilares de 'Arrugas', una
película entrañable, conmovedora y, sobre todo, un bonito homenaje a la vejez que no deja a un solo
espectador indiferente.
Ahora, después de haberla visto, entiendo por qué ha recibido tantas alabanzas. Es una película magníficamente estructurada que habla sobre la vejez y, más en concreto, la enfermedad del Alzheimer, con toques de drama inteligente, comedia e incluso suspense. Es uno de esos títulos que emocionan profundamente y dejan huella.
Lo cierto es que 'Arrugas' es un título
imprescindible. Por un lado, es un proyecto valiente, ya que tristemente la vida en un geriátrico interesa
a pocos; mucho más audaz aún si se tiene en cuenta que adopta un género, el de
la animación, propio del público infantil. Por el otro, necesitamos ver
'Arrugas' porque, lo queramos o no, a todos nos toca, y a nosotros también nos
gustará que nos entiendan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario